martes, 9 de marzo de 2004

yo, yo mismo y mi lata-móvil

esta mañana he recuperado mi lata-móvil. El marido de la señora (que no era peluquera) que me llamó ayer me lo ha devuelto esta mañana. No se había gastado el saldo, todo un detalle. Como ya intuía, ha sido todo muy raro. Me ha dicho que fuera al bar y le preguntara a un hombre canoso con chaqueta de piel negra. Entro, voy al hombre en cuestión y se me queda mirando como si hablara en chino.

-Soy el del móvil
-Einn?
-No tiene usted mi móvil?
-Que móvil?
-... perdone, me he confundido.

Y es que resulta que había dos hombres con el pelo canoso y chaqueta de piel negra. Hay que joderse.

Ahora voy a cenar con Laia, que está muy triunfadora ultimamente y yo me alegro mucho de verla así.

Esta es la semana de los reencuentros, aunque sea virtuales. Después de Elvira, hoy me ha escrito mi amigüito mejicanito, que dice que va a venir en semana santa. pero siempre dice que va a venir y luego no viene. Por cierto, que llevo medio año sin ver a Elvira, ayer nos escribimos unos mails y hoy me la encuentro en el metro. No es absurdo?

Más absurda es, sin duda, mi historia con mi ex-coche. Tiene algun sentido que, cuatro meses después de nuestra separación (dolorosa para los dos), me llegué otra M-U-L-T-AAAAA? 120 euros del ala. Como le explico yo a esos sacacuartos que iba deprisa porque a mi padre se le estaba cayendo el ojo (o casi)? Por si esto fuera poco, también me ha llegado el impuesto de circulación, aunque di de baja el coche. A este paso me voy a atar a una farola de la plaça sant jaume para protestar.

Y como estoy en el curro y ya estoy, pues me voy.

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