jueves, 7 de octubre de 2004

pronto hará un año que me puse un año de plazo para trazar un plan sobre cómo iba a cambiar la manera en qué funcionan mis cosas

y el año acaba ahora y todavía no estoy listo para tomar decisiones importantes por mi mismo.

¡Quiero ir al concierto de Astrud!

Tendría que hablar aquí de la amistad, de decepciones y alegrías, de las cosas que me pasan y de las que no me pasan aunque quiero que me pasen. Supongo que aun no he aprendido que no puedo llevar la vida con la que sueño.

La cuestión es que sigo enfadado. Enfadado con el mundo: con las dependientas, con mi jefa, con las viejas que caminan ocupando toda la acera con sus carros, con los coches que no respetan los pasos de cebra, con el jefe de mi jefa (que no se da cuenta de lo hija de puta que es), con la gente que usa la palabra egoismo en vano, con los radicales, con los moderados, con los seguratas, con los que sirven garrafón en los bares, con el ambiente, con mis exnovios, con los promotores de conciertos, con los especuladores, con la gente inocente, con la gente que no es inocente, con los que no tienen corazón, también con los que tienen corazón. Con la gente que no cumple, como yo.

¿Porqué hace este calor si estamos a 6 de octubre?
¿Porqué no dejo de hacerme preguntas chorras sobre el cambio climático?

Otro día tirado a la basura.

PD.: No he tenido muchas ganas de escribir estos días, pero me acabo de dar cuenta de que hace más de una semana que estoy así, enfadado, y no puede ser. Tendré que arreglarlo, aunque sea yéndome de compras. He descubierto una tienda Federic Homs con descuentos del 60% en ropa de otras temporadas. ¡Tejanos por 5.000 cucas!
Bueno, volviendo al tema, que no he tenido ganas de escribir y no he explicado que tal fue mi fin de semana de cumpleaños. En resumidas cuentas fue bien, surrealista y con superávit de alcohol. Tuvo mucho alcohol, muchos regalos, un par de experiencias en la tercera fase y desfase bailando en el new york el sábado a las tantas. un días antes también bailé mucho en el razz y hablé (...) mucho con mi chirimochi y pensé en todo lo que me había pasado y no llegué a ninguna conclusión. y el sábado, mis chicas y mi membrilla me montaron una superfiesta, y no voy a volver a caer en la misma trampa y voy a dejar de hablar de otras personas (todos estos datos estan protegidos ante la ley y no pueden ser usados sin el consentimiento de su autor), pero todos estuvimos cantando:

"y mientras tanto sólo tengo los viejos lazos y los celos de verte paseando con alguien que debe quererte. hay tantas cosas que contar y tantas otras que perdonar"

de la buena vida y, tengo que reconocerlo, me emocioné. luego, la cámara se rompió.

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